Coaching Estratégico

La palabra coaching surgió por primera vez a finales del siglo xx en Estados Unidos para referirse a aquella actividad específica en la que un entrenador se dedica a apoyar, guiar y motivar a un deportista individual o a un equipo para mejorar su rendimiento de cara a futuras competiciones. Sin embargo, en los últimos años este término se ha ampliado y generalizado fuera del ámbito deportivo en el que se originó, hasta entenderse como una intervención cuyo objetivo es ayudar a las personas a conseguir resultados óptimos, tanto en el ámbito laboral como en el personal.

El modelo de coaching estratégico se desarrolló para intervenir en situaciones en las que un individuo quiere resolver una dificultad no invalidante (sin manifestar una patología) o alcanzar sus propios objetivos. Por lo tanto, está dirigido a todas aquellas personas que quieran mejorar su rendimiento enfocándose en el desarrollo de sus talentos. El coaching estratégico es un camino orientado al desarrollo del potencial de una persona.

El objetivo del coach estratégico es identificar las soluciones intentadas redundantes es decir, aquellos guiones que solemos repetir para resolver problemas a lo largo de nuestra vida y que nos han permitido alcanzar metas importantes, pero que a menudo resultan disfuncionales cuando no se adaptan a la situación problemática que se vive. La intervención de coaching no pretende eliminar esta tendencia, sino que simplemente pretende acabar con el componente disfuncional.

Desde el punto de vista operativo, tras identificar el guion redundante de la persona, el coach debe identificar el sentimiento básico dominante que subyace en él: miedo, ira, dolor y placer. Todas las demás expresiones emocionales pueden remontarse a estos cuatro sentimientos primitivos, que en los animales superiores la evolución natural ha transformado en percepciones/emociones. A menudo, los recursos bloqueados de una persona tienen que ver con nuestras emociones más ancestrales y nuestra capacidad para gestionarlas. Utilizando una metáfora, todos vivimos con un tigre que duerme a nuestro lado cada noche y no sabemos si nos va a lamer o atacar por la mañana. Como el tigre, nuestras emociones primarias son temibles por su imprevisibilidad y al mismo tiempo fascinantes por su misteriosa belleza. A través de estratagemas específicas, el coach estratégico guía a la persona en la gestión de sus emociones para que aprenda a hacerse amiga de su tigre interior.