Terapia Breve Estratégica

La terapia breve estratégica es una forma totalmente innovadora de abordar el trabajo de un psicoterapeuta. Se aleja del enfoque tradicional y propone un camino distinto.

Ante una persona que manifiesta un problema invalidante o un trastorno, y que nos pide ayuda, en lugar de buscar en el pasado del paciente los indicios clave para explicar las causas del problema, haremos que nos cuente cómo intenta resolverlo. Por lo tanto, en vez de buscar el porqué, intentaremos entender cómo funciona el problema en sí y cómo se mantiene en el presente. En la mayoría de los casos, el problema persiste y se alimenta de las soluciones intentadas que la persona pone en marcha para tratar de resolverlo.

El concepto de soluciones intentadas fue acuñado por el grupo de investigadores del Mental Research Institute (MRI) de la Escuela de Palo Alto e identifica todo aquello que la persona y/o el sistema que la rodea llevan a cabo para solventar una dificultad y que, repitiéndose en el tiempo, mantiene y complica el problema hasta llegar a la formación de un verdadero trastorno/psicopatología.

La labor de un terapeuta estratégico es intervenir con el objetivo de romper el círculo vicioso entre el problema y los intentos de soluciones disfuncionales, favoreciendo lo más esperado y a la vez ineludible: el cambio.

A partir de la interacción entre el paciente y el psicoterapeuta con la terapia breve estratégica se formula un diagnóstico operativo y no puramente descriptivo. El terapeuta propondrá algunas estrategias y estratagemas basadas en una lógica no ordinaria y en el estudio previo de miles de casos y, dependiendo de la reacción, se acercará al problema. Como si se tratase de una partida de ajedrez, en la que, según una apertura, una jugada o una mirada, el terapeuta hará una primera jugada, luego otra y así sucesivamente hasta encontrar la solución, la clave que aísla y resuelve el problema. De manera operativa, se identificará el problema y la solución eficaz para combatirlo. A su vez, el sujeto experimentará una verdadera experiencia emocional correctiva, cambiará el modo disfuncional de percibir y reaccionar por respuestas funcionales a los problemas que surjan.

En el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo, fundado por Paul Watzlawick y Giorgio Nardone en 1987, se han clasificado las soluciones intentadas disfuncionales y las terapéuticas, lo que ha permitido resolver las principales formas de psicopatología mediante la formulación de protocolos de intervención específicos.

La metodología utilizada es la investigación de intervención o, más bien, como la define Kurt Lewin en el campo de la psicología social, la investigación de acción. Esta metodología experimental se basa en el principio de que, para conocer el funcionamiento de un problema, es necesario introducir un cambio. Cambiar para conocer se convierte en el lema que nos permite actuar de forma innovadora y eficaz.

La tarea del terapeuta estratégico es proponer soluciones y encontrar el arma que erradica el problema, un antídoto específico, y solo entonces identificará el problema. El diagnóstico puede hacerse cuando el problema esté resuelto. El problema no está en el manual, ni siquiera está en nuestros juicios o prejuicios, el problema es siempre y solo la solución que funciona. En otras palabras, es la estructura de la solución que resuelve el problema lo que pone de manifiesto sus características estructurales y de persistencia.

Según las palabras de Giorgio Nardone: «se conoce el problema a través de la solución».